La pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, obligó a los gobiernos a adaptarse para enfrentar la crisis sanitaria, realizando ajustes de acuerdo al desarrollo de la misma. Los organismos internacionales así como las instituciones de Seguridad Social, siguen realizando esfuerzos para el control y mitigación de la enfermedad atendiendo a las recomendaciones declaradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que son: garantizar una detección temprana para reducir las tasas de transmisión, trabajar con todos los sectores a nivel gobierno para mantener los servicios básicos de salud, y los causados por el contagio de la enfermedad, así como la aplicación de las vacunas para disminuir el gasto de tratamientos a personas vulnerables, inmunodeprimidas e infectadas. Atender cada una de estas recomendaciones generó costos de manera directa, lo cual implica modificaciones sustanciales a los Sistemas de Salud y de Seguridad Social.

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En general, la enfermedad de COVID-19, originó costos extras en lo económico y social pero en concreto en el sector salud, ejemplo de ello, es la reconversión de infraestructura hospitalaria imprevista para atender a la población contagiada. El bajo gasto público en salud, evidenció el rezago que existe en los sistemas de salud, lo que se traduce en una ineficiente atención primaria de salud y falta de sistemas eficaces de gestión de emergencias sanitarias. Mostrando que contar con un sistema financieramente sostenible en salud, pudo haberse traducido en reducir las tasas de mortandad.

Todavía no se sabe cuál será el verdadero impacto que dejará en las finanzas de los países en el mediano y largo plazo, por lo que es importante considerar los siguientes puntos: 1) replantear el gasto que hacen los gobiernos en salud de manera ordinaria y la reestructuración de la operación financiera posterior a la experiencia de la pandemia, con la finalidad de estar mejor prevenidos ante cualquier emergencia en el futuro y 2) la planificación sanitaria, mediante un enfoque de gestión de riesgos de emergencias causadas por cualquier peligro; con mejoras en la infraestructura existente, aumento en las plazas del sector salud, capacitación del personal de salud, mejoramiento de las cadenas de suministros, inversión en desarrollo de nuevas tecnologías para la organización de los servicios de salud, por mencionar algunos.

El problema de la pandemia no se reduce solamente a la crisis sanitaria, va más allá, se observa de manera directa como afectó a los Sistemas de Salud en la región y en particular a las poblaciones más vulnerables, asimismo, amplió la brecha de acceso a la salud, aumentó la precariedad laboral, disminuyó el acceso a la educación y afectó de manera negativa la economía de las familias, por mencionar algunos de sus efectos.

En suma, la pertinencia de este webinar radica en torno al impacto que suscitó de manera intempestiva y los costos que generó la COVID 19, lo que implica en términos generales, repensar la Seguridad Social con miras a la reflexión sobre una etapa postpandemia.

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